Si te tomas la vida con humor y energía, trabajar en una oficina puede convertirse en algo divertido… ¡Vente arriba! ¡Porque puedes!
1. Interpreta tu papel y usa tu uniforme como todo un campeón
No tiene nada de aburrido usar el mismo uniforme todos los días: te hace sentir increíble. Consigue que te vengas arriba nada más ponértelo, que camines como en cámara lenta, que sientas como todo el mundo te mira, que te sientas deseado…
2. Si no hay uniforme, actúa a la altura de las circunstancias
Vente arriba nada más entrar: taconeando tus zapatos nuevos, luciendo tu cartera vintage, ajustándote esa chaqueta que te hace lucir algo más delgado. Entra con actitud, sintiéndote como un bombero: no tendrás uniforme, pero hoy tú vienes a salvar el día.
3. ¿Cena de empresa que luego termina en fiesta? Tú sí que sabes qué hacer
Basta que el dj ponga la gozadera para que te vengas arriba y todo comience a darte un poco igual: al cabo de unos minutos, ya has sacado a bailar perreo a tu jefe, o a la jefa de recursos humanos.
4. Si llegas tarde, ofrece una explicación con estilo
Tu jefe te mira con cara de pocos amigos. Tú tomas aire, inflas el pecho y le lanzas la explicación más convincente: un gran accidente, tuviste que detenerte y prestar ayuda, llamar a una ambulancia… Te viniste tan arriba que ahora te sientes como un verdadero héroe.
5. Atrévete a corregir a tu jefe si se equivoca en algo importante.
Tampoco es cuestión de parecer un sabelotodo, pero vamos, si se equivoca en algo evidente… Años atrás te habrías mordiendo la lengua, pero hoy te vienes arriba y le sueltas delante de toda la oficina que ha cometido un gran error.
6. Enfrenta con dignidad esos pequeños retos cotidianos: reunión en inglés
Debes verte cool y profesional. Porque eres cool y profesional, claro. Respiras un par de veces para darte ánimo y comienzas a parlotear como un verdadero bilingüe. Te vienes tan arriba y te muestras tan seguro que nadie nota que no sabes conjugar los tiempos verbales.
7. Improvisa en las reuniones
Ante todo, no te quedas mudo. La inspiración se vuelve tu gran aliado. Piensas un par de segundos, miras tus apuntes como todo un intelectual y comienzas a improvisar: te vienes tan arriba que tu jefe te mira impresionado y te da una palmada en el hombro al salir.
¡Porque todo es cuestión de actitud!








No hay comentarios.:
Publicar un comentario